Un pozo con historia y futuro
El pozo L-VI, construido en los años 70 del pasado siglo, cumplió una función clave de ventilación durante décadas. El gran avance se produjo en 2019 cuando, tras una importante modernización, el pozo inició una nueva era. Desde entonces presta su apoyo al personal y a la extracción en la mina más antigua de KGHM.
L-VI en cifras
Innovaciones que cambian el trabajo
La modernización de L-VI duró 4 años y fue una de las mayores empresas de la historia de la mina. Allí se utilizaron soluciones logísticas modernas, como el transporte en contenedores, que aumentaron la seguridad y la eficacia bajo tierra. Los nuevos sistemas de manipulación y distribución de materiales directamente a las divisiones minera y técnica han agilizado el trabajo de la mina y la han vuelto más organizada.
En el pozo L-VI funciona una denominada jaula con una carga útil de 25 toneladas, que permite el descenso de personas y la bajada de materiales con una velocidad de hasta 12 m/s. La gran jaula de dos pisos permite el descenso simultáneo de 150 trabajadores. La posibilidad de bajar la maquinaria minera es una ventaja adicional.